Todo el mundo es capaz de identificar perfectamente el concepto de lumbalgia, pero a la vez tenemos muchas dudas entorno a las distintas formas o causas que provocan su instauración.

La relación causal más sencilla es la de carácter mecánico, es decir, la relación dolor muscular lumbar causada por el exceso o sobreuso de la musculatura. Si realiza actividades en las que participa la musculatura lumbar, bien por exceso de repetición, como puede ser el gesto de coger objetos relativamente pesados de forma repetitiva, (como al realizar una mudanza de muebles), bien por levantar, trasladar o elevar un objeto pesado de un lugar a otro, en ambos casos podemos sufrir una lumbalgia. La relación establecida entre la causa y el efecto es evidente, pero no siempre sufrimos lumbalgias por causas tan claras. De hecho, en un porcentaje alto, los posteriores episodios de lumbalgias tras sufrir un primer episodio no suelen corresponderse con causas justificadas. ¿Relaciona el dolor lumbar con algo que haya realizado?, es una de las preguntas más frecuentes de un fisioterapeuta, y que generalmente no encuentra una respuesta contundente. En la mayoría de los casos recordamos el primer episodio de lumbalgia y damos por válido relacionar el episodio actual con la antigua lesión mal curada. Lo cierto es que quien haya padecido de una lumbalgia no la olvidará….

Lo que nos hace recordar a la perfección nuestro primer episodio de lumbalgia es el carácter invalidante del mismo. La lumbalgia suele presentarse de forma fulminante provocando un fallo muscular que incluso impide cualquier tipo de movilidad de la columna, dejándonos “clavados” en la posición en la que nos encontrábamos cuando apareció. Quizás hemos sufrido anteriormente sobrecargas en la musculatura de las piernas o brazos que limitaron nuestros movimientos, pero la lumbalgia bloquea el centro neurálgico de nuestro aparato locomotor, la espalda, y sin ésta no podemos llevar una actividad normal. Además, las lumbalgias mantienen un dolor sordo pero continuo en la zona donde se instaura, acentuándose al intentar movilizar o enderezar la zona. Lo cierto es que la lumbalgia sigue siendo una asignatura pendiente para la salud. Es más, siendo ésta en la mayoría de los casos una patología relacionada directamente con la musculatura debería, al igual que en otras patologías de carácter muscular, tener soluciones sencillas y rápidas, y por el contrario presenta un porcentaje de incidencia y falta de solución definitiva muy altos.